En 1998 se lanzaba la película «Un argentino en Nueva York» protagonizada por Guillermo Francella y Natalia Oreiro. Emulando ese título quisimos saber cómo es vivir en la Gran Manzana en este contexto tan complejo que se vive a nivel global de la mano de Kevin Curipan, uno de nuestros pagos que reside allí desde 2011.
Kevin es fiel seguidor de nuestro medio por Instagram y desde allí nos contactó. Por esa misma red el pasado jueves hicimos una transmisión en vivo conjunta donde hablamos de distintos temas, a la cual aún se puede acceder en nuestro muro.
El joven tiene 28 años, nació en los Estados Unidos, siendo hijo de una colombiana y un argentino. Al poco tiempo la familia se trasladó a Colombia por un breve lapso hasta emigrar a nuestro país donde residió unos años en Tunuyán para finalmente permanecer desde 2001 aproximadamente hasta 2011 en el distrito lavallino de Tres de Mayo.
Kevin trabajó levantando un hospital
Es decir, que Kevin vivió gran parte de su niñez y primera juventud compenetrado con el estilo de vida departamental. Hizo amistades tresmayinas, trabajó y jugó al fútbol en el club distrital, al cual define como su «pasión y energía….esa celeste y blanca que era en ese momento la tengo de trofeo aún, manga larga azul, la 6…», afirma satisfecho.
Un inicio complicado
El entrevistado comentó que en los primeros tiempos en esa metrópoli tenía tres trabajos, por lo cual dormía unas tres horas diarias y tomaba -como muchos inmigrantes allá- bebidas energizantes para poderse mantener de pie, para ganar lo mínimo e indispensable para pagar el alquiler de un cuarto con baño y poder comer.
En charlas complementarias explicó que la clave para cualquier latino en EEUU es aprender el idioma en una escuela, él de hecho «cursaba de 2 a 3:30 de la mañana los jueves, y de ahí me iba a trabajar».
Hoy trabaja en la construcción y ha logrado avances económicos que le permiten trabajar menos, sin embargo aclara que: «acá la gente trabaja mucho».
Ponerle el hombro a la pandemia, literalmente
Al inicio de la situación global por el COVID-19 se paralizó masivamente la edificación, sin embargo, la unión de trabajadores de la que es parte trabajó para el gobierno local, por lo cual Kevin se convirtió en un trabajador esencial. «No sabíamos qué íbamos a hacer, pero sabíamos que íbamos a trabajar».
Realizó tareas de ampliación en el Centro Hospitalario Bellevue, uno de los más afectados, y luego le tocó «equipar camiones para trasladar gente muerta, para llevarlos a crematorio y luego en Long Island equipando hospitales…para gente enferma con coronavirus».
Sobre esos espeluznantes camiones dijo: «en total, hicimos en el primer mes 850, dos semanas después terminamos los otros 500 que faltaban…con una capacidad de carga de 48 cadáveres por camión, pero a lo último los ponían en cualquier lado, se hacía una pila por camión. Incluso, en una ocasión a uno de los camilleros se le cae en cuerpo al subirlo al camión…entonces como vi que estaba solo le ayudé a subir el cuerpo…a veces trabajábamos desde las 19 a 7am sólo parando 20 minutos para desinfección…me llegó una notificación de que cuando empiece el invierno se supone que tendremos que volver a trabajar haciendo hospitales y equipando camiones para Long Island».
El sueño americano
En Nueva York viven más de 9 millones de personas, por esa «aglomeración es que la ciudad fue tan devastada» (por el virus), afirma Curipan. Según datos recientes, cerca de 1,5 millones de personas dependen de la asistencia en alimentos del Estado para poder subsistir, razón por la que se le consultó a Kevin si en la zona en la que reside se había podido percibir esto.
«En el hospital Elmhurst, que queda a unos 30 minutos en auto de donde yo vivo, te puedo asegurar que había gente internada en camillas afuera del hospital, cuerpos al lado tirados y gente tirada con necesidad de una caja respiratoria. Si no había eso, una caja respiratoria, entonces no había nada, no había alimentos para mantener personas. Lo que Trump siempre decía es ‘vamos a salvar al pueblo americano’, pero uno sabe que el pueblo americano son los gringos ojos celestes, porque la gente latina a veces sufría ‘porque al ser latino no te vamos a ayudar’…acá la gente local es muy racista…el freedom country (país de la libertad) es una mentira…Sin ir más lejos, un spot de campaña de Donald Trump dice ‘voy a apoyar al pueblo latino’, cuando en estos años ha sacado a miles, a miles», dijo Curipan.
Sobre este tema el joven aseguró que algo que le parece insólito es que pese al trato del actual presidente republicano para con los hispanos, una buena parte del público latino apoya su reelección.
Hablando de la discriminación, dice que el estadounidense promedio es muy segregacionista, y aunque él tenga la ciudadanía por haber nacido allí lo ha vivido en carne propia.
Con respecto a la falta de comprensión de las diferencias culturales Kevin contó una anécdota cómica: «una vez los vecinos llamaron a la policía porque pensaban que el mate era marihuana, vinieron y tuve que googlear para explicarles que era como una especie de té para que me creyeran».
Por otro lado, sobre la inserción laboral comentó: «en cualquier lugar del mundo se puede vivir bien trabajando con empeño, acá lo que necesitás son los papeles, si no tenés eso vas a conseguir trabajo, pero es mucho más difícil. Acá necesitás papeles para todo…
Comparando naciones
«Acá es totalmente diferente, yo todos los días me informo de la Argentina y las cosas se ven malas, acá te podés dar tus gustos…no tenés como en la Argentina que ahora hay billetes de 500, o de 1000…no hay problemas de inflación, pero tenés que romperte el alma trabajando porque la renta y todo es caro, hay un dicho, ‘un día que no trabajés, no tenés renta en el mes’…y acá te echan a la calle, es así».
ED: Los datos indican que en el último año han surgido 8 millones de nuevos pobres en EEUU, ¿se ve la asistencia del Estado?
KC: Acá se ve mucha gente en la calle, muchos con una jeringa en el brazo…fui a California, te invito a ver el centro…conté 25 cuadras de gente viviendo en la calle, con carpas, como si fuera al lado de la Casa de Gobierno de Mendoza…hay programas de asistencia, pero mucha gente no los agarra…si vos tomás el welfare (asistencia social) sos muy mal visto».
En privado Curipan hizo una síntesis de la comparación entre los Estados Unidos y la Argentina: «la diferencia es que acá hay estabilidad laboral, cosa que en Argentina no hay… pero es difícil. De hecho, hay gente de este país que se está yendo a Europa, tampoco quiero sonar negativo…yo he estado en tres trabajos al mismo tiempo…uno acá se la rebusca»
Por último, además de mandar saludos a varios tresmayinos y «a todo Lavalle», dijo que extraña ir al Festival del melón y la sandía, así como caminar por su querido Tres de Mayo.
Aún quedan muchos temas por profundizar, para eso invitamos a los lectores a ver la entrevista completa en nuestro Instagram @despertadorlavalle y reiteramos la invitación a otros lavallinos que estén en diferentes países a repetir la experiencia de Kevin y dar a conocer su realidad.
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