Termina este inolvidable 2020 para el olvido. Y el año que viene, que ya comienza, es, como cada dos, año electoral. Y oteando el horizonte, se ve venir en nuestro departamento una elección clave. En el 2021 se renuevan 5 bancas de concejales en el Concejo Deliberante.
Y es una elección clave en varios sentidos. Si bien “el Roberto”, luego de 22 años de mandato, deja la intendencia en el 2023 (ya es un hecho según dispuso la Suprema Corte mendocina), en las elecciones legislativas de medio término (como cuando el asado queda jugoso, entre crudo y cocido, o sea, ni una cosa ni la otra), nunca se sabe que puede pasar. Y es que el propio Roberto Righi podría ser candidato en una boleta del Justicialismo, como diputado o senador, provincial o nacional. Es poco probable que eso ocurra, pero las listas se cierran a las 23:59 del día de presentación de las mismas y “nunca se sabe que puede pasar, y hay que estar preparados” según expresó un gurú de la política lavallina. Por lo tanto no está descartado que Righi se vaya en el 2021. Si eso llegara a ocurrir, asumiría la intendencia el presidente del Concejo Deliberante por los 2 siguientes años. Como le pasó al propio Righi cuando falleció el querido Carlitos Masoero.
Entonces el peronismo lavallino ya está pensando en dos cosas. Quiénes serán candidatos a intendente en el 2023, pero un “Plan B” que podría llegar antes que el “A”. Y es, quién sería el concejal que podría quedar en la presidencia y llegar a asumir la intendencia. Hablamos del peronismo porque es muy improbable que un concejal de otro partido quede en ese cargo, aunque formalmente puede pasar como fue el caso de Norma Trigo en Santa Rosa, cuando dejó la intendencia por motivos “non santos” el ex intendente Sergio Salgado. Pero en Lavalle estamos lejanos a esa opción. De todas formas para despuntar el vicio vamos a analizar también que puede ocurrir con cada uno de los ediles.
La izquierda, una desilusión
Después de que Víctor Rivera, otrora candidato a concejal por el FIT, no pudiera entrar al Concejo, por tan solo 14 votos, pensamos que esa propuesta no iba a tener representantes. Pero la época dio revancha, y fue unos años después que Micaela Blanco Minoli obtuviera los votos necesarios para ser concejala del Frente de Izquierda. Micaela pasó por el Concejo, pero no despertó muchas simpatías. Errores propios y ajenos, hicieron que el FIT quedara sin apoyo popular ni juvenil. Desarticulado en el departamento este espacio desaprovechó un momento histórico que probablemente no se repetirá pronto: que la izquierda ocupe una banca en el Concejo.
En Cambia Mendoza nada cambia
Por parte del radicalismo dejarán sus lugares Lucas Luppo y Vanesa Caballero. Luppo es un jugador muy fuerte, un concejal sumamente activo, jugador de toda la cancha, que seguramente busque sus destinos en cargos provinciales, pero que, si sigue con intenciones de ser intendente, procurará un conchabo que lo vincule a Lavalle para poder seguir teniendo presencia territorial.
Del otro lado aparece, el benemérito diputado Jorge López, que potenciado por ser el vocero del gobierno provincial y pensando en que Righi no será candidato, todavía puede soñar con llegar a la intendencia. Quien llega con ganas también de mover el avispero es la senadora Carina Lacroux, que deberá tener una charla profunda de amigos con Luppo, para mostrarle que ella puede ser una mejor candidata.
Así las cosas, quedarán siendo parte del Concejo por 2 años más: Alejandra Argentini, concejala del Partido Demócrata y Roberto Leveque, un díscolo de la UCR.
En el peronismo los que se van y se quedan
Se van del Concejo cumpliendo su ciclo los peronistas Maximiliano Rivera y Nélida Masi, dos concejales muy queridos por su rol en la comunidad, más allá de su gestión legislativa, y por su actividad en el ámbito de la salud y la educación correspondientemente, que fueron sus cartas fuertes para estar en la lista hace casi 4 años.
Julián Gallardo, Raimundo Laugero y Carina Segovia por el Justicialismo. Tres nombres claves, tres “intendenteables”, que responden a tres sectores diferentes dentro del peronismo.
Gallardo representa, sin ser su más claro exponente, a un sector tradicional del righismo lavallino, aunque algunos dicen que está un poco alejado. Los opositores internos a Gallardo, sostienen que Lavalle no puede manejarse como él maneja Gustavo André, al que acusan de ser un “patrón de estancia”. Pero claro, eso lo dicen quienes lo ven como adversario. Los que lo ven como compañero, ponderan sus actitudes para llevar adelante su distrito.
Laugero pertenece a Proyecto Lavalle, los kirchneristas de “paladar negro” en nuestro terruño. Laugero es otro jugador muy activo, de toda la cancha, que se muestra en todos lados, pero tiene que mostrarle todavía al espacio que es un buen candidato, fundamentalmente al resto de los popes del espacio: El Corcho (que siempre es un buen candidato) y a Lucas Alvarez, que lidera a un importante sector de la juventud y que tiene llegada directa con Anabel Fernández Sagasti.
Finalmente está Segovia que si bien no tiene un sector tan claramente definido, se la podría vincular a una fracción un poco más conservadora. Segovia hoy ostenta una doble presidencia: la de PJ local y la del Concejo Deliberante, pero, en principio, eso no parece ser definitorio de nada. Los que están cerca de ella, admiten que es una profesional con todas las letras, sumamente práctica y resolutiva. Sus detractores creen que su carácter no la ayuda y sostienen que a veces es una persona “difícil”.
De esta forma, los y las 5 concejales que ingresen en el 2021, sobre todo los que logre “meter” el peronismo, podrían ser esclarecedores de lo que siga. Y si bien es probable que “el Roberto” se quede hasta el fin de su mandato, si no llegara a ser así, quien tome la intendencia interina por 2 años, podría ser el próximo candidato del oficialismo y seguir en el cargo por al menos un período.
En el peronismo son todos candidatos
El sector del righismo que tiene como principales exponentes al actual Director de Planificación, Gerardo Vaquer (presidente de la SAPEM), Rolando Romera (Secretario de Obras y Servicios), y al propio Gallardo, tiene claras intenciones de tener un candidato a intendente para el 2023.
Vaquer es un conocedor de la política local, porque tiene un perfil sumamente ejecutivo que ya pasó por la administración provincial y sabe del manejo de la cosa pública. Tiene varios desafíos por delante, y hoy es el presidente de la SAPEM, Interluz que lleva Internet a los hogares del departamento. Sus detractores, pero también muchos de los que lo rodean admiten que es un “tipo obstinado”. La diferencia es que los opositores hacen hincapié en lo malo y sus amigos en las bondades de ese carácter.
Proyecto Lavalle parece tener como claro candidato al propio Laugero, pero no obligatoriamente el único, ya que como dijimos, el Corcho es uno de los dirigentes con mayor imagen en el departamento, que en las pasadas elecciones no quiso enfrentarse a Roberto, pero en esta, nunca se sabe. Este sector cuenta con una “palanca” importante, que es la de la actual senadora y flamante presidenta del PJ provincial Anabel Fernández Sagasti.
El otro sector, también righista, al que muchos rotulan como “el sector del Edgardo”, por el actual diputado provincial Edgardo González, los tiene como posibles candidatos al propio González que tiene muy buena llegada a las delegaciones, y al territorio y a otro que viene pisando fuerte en ese sector, el actual Coordinador de Gabinete, otrora Director de Cultura, Carlos Acosta. Acosta es un personaje que ha logrado hacer exitosos los dos lugares por donde ha pasado: Deporte primero, y Cultura después.
En el caso del Edgardo, tiene a favor su carácter para escuchar, pero muchos, sobre todo, los jóvenes sostienen que representa el ala conservadora del peronismo. En el caso de Acosta, su carácter también lo ayuda, pero choca a la hora de armar equipos de trabajo.
Por otra parte, no hay que descartar de ninguna manera, al director de Promoción Económica de la comuna, Juan Jaime. Jaime siempre tuvo aspiraciones y dotes para ser intendente, pero le tocó, como a otros del propio riñón, ser la sombra de Righi, que por estar en espacios diferentes, nunca pudo saltar a la mesa chica, hasta que el propio Righi lo ponderó como parte del gabinete. Hoy Jaime, se presenta como el candidato de la “unidad”.
Lo que viene
De esta forma, los 3 o 4 concejales (difícilmente podrían ser 2) que puedan ingresar por el justicialismo en este 2021 pueden, ante el improbable retiro de Righi, ocupar el preciado sillón de la intendencia. La lógica indica que habrá una lista de unidad con representantes de todos los sectores y, ante un eventual escenario de cambio, se arreglan “hacia adentro” con la presidencia del Concejo. Está claro que habrá que contar con la venia del actual intendente para cualquiera de las movidas. Hermético como banco en horas de la tarde.
Si ocurre lo más esperable, que es que Righi continúe hasta el 2023, estas elecciones de medio término servirán como un termómetro para “medir” la potencia del peronismo en general y de los sectores en particular. De la labor parlamentaria de cada edil no podemos esperar demasiado.
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Los jugadores que faltan
Está claro que hemos despuntado el vicio, tratando de jugar un poco con cada uno, para que la ciudadanía sepa quién es quién y cómo se va configurando el mapa departamental.
Pero en ese mapa faltan personas y sectores o representantes de ellos. Hay que ver a quiénes acompañarán dentro del Frente, Ana Menconi, José Blanco, Carlos Alberti, Pablo Términi, Gustavo Ortiz, Pablo Tornelo, Susana Fernández, Osvaldo Sarmiento, Claudio Díaz, piezas importantes en este rompecabezas. Algunos de ellos ya han ido perdiendo peso interno y otros no están interesados en seguir ligados al gobierno, pero todos sabemos cómo es el poder.
Tampoco se puede soslayar el aporte de dirigentes que ocuparon puestos importantes en su momento, como el Pepe Godoy, una persona super lúcida, o Robinson Fernández, siempre ligado al sector productivo.
También aparecen otros elementos territoriales como el jefe de Pami, Raúl Villegas, que hoy en día goza de un respaldo importante.
Y por supuesto que también hay que ver cómo se alinea el sindicato de municipales, que terminó bastante distanciado de todos los sectores, pero que antes, algunos de sus miembros más importantes adherían al sector de González.
Como ahora no hay un chueco Mazzón para ordenar la política local ni provincial, alguien tiene que deshojar la margarita para ver cómo continúa la historia. El indicado parece ser Righi, que si bien no es el chueco tiene una estampita de Mazzón debajo de la almohada. Con ella, dicen que habla cada vez más seguido. Otros sostienen, que a veces le pregunta por qué se fue, que todo era más fácil, pero como esa pregunta ya no tiene respuesta, por las noches le pregunta, cómo hago.
Righi ha tenido la virtud de unir todo esto bajo su mandato.
Pero hacerlo en el 2023, te la debo.
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