Sólo el 7 % de las tropas sanmartinianas para el Cruce de los Andes fue para las llamadas columnas secundarias, una de las cuales fue la de San Juan a Coquimbo, en Chile. Su misión consistía en engañar al enemigo sobre el verdadero arribo del grueso del ejército, distraerle fuerzas, controlar puntos vitales y dejar incomunicados a los distintos cuerpos realistas.
Para realizar sus tareas en la provincia chilena de Coquimbo una de las columnas del norte partió de Mendoza, pasando por Jocolí, Talacasto y Pismanta el 9 de enero de 1817. El destacamento estaba a las órdenes del Teniente Coronel Juan Manuel Cabot y lo acompañaron tres oficiales y 60 hombres de los Batallones Nº 1 (Cazadores de Los Andes), del N° 8 de Línea (Infantería), y un grupo de Granaderos a caballo. Este grupo fue reforzado con ochenta milicianos de caballería en San Juan.
El 15 de febrero, luego de arrollar a los realistas que presentaron pelea y tras recorrer 540 kilómetros en 32 días, la columna entró en Coquimbo.