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17 de julio de 2023

Apareció otro joven que fue baleado en el pub de Lavalle y señaló el mal accionar de un policía

  •   Por Franco D´Amelio
           

A comienzos de julio se produjo una pelea en un local nocturno de Lavalle. En principio se conoció que un joven fue baleado por un disparo de goma, por parte de la policía, sin embargo ahora
apareció otro joven que señaló que fue el primero en recibir un disparo, estando de espaldas. Aquí su relato.

En la edición pasada hicimos una breve reseña de lo que ocurrió semanas atrás en el conocido club nocturno lavallino. En esta nota uno de los heridos cuenta su versión en medio del silencio oficial.

El hecho sucedió en la madrugada del 2 de julio (sábado por la noche) cuando dos grupos de jóvenes se habrían enfrentado en un local gastronómico y bailable de Villa Tulumaya. Allí acudió la policía para separar a ambos grupos, pero habría tirado a quemarropa a civiles desarmados y de espaldas.

Joaquín es un albañil de 25 años, padre de una niña. Esa noche «venía de comer un lechón con mi mamá y cuando paso por la puerta de El barcito se estaban peleando con un chico que es conocido mío y me metí para separar, porque había uno de los grupos que tenía una botella y los otros a puño nada más».

El joven relata que, si bien no puede precisar con exactitud la cantidad de intervinientes en el disturbio, sí era una lucha desigual ya que «eran unos siete contra cuatro», lo que lo motivó «meterme para separar, para evitar a que a un pibe le peguen mal, yo no me metí a pelear, era para separarlos».

Sin embargo, mientras intentaba esto habría acudido al sitio un patrullero con unos tres efectivos policiales.
Uno de ellos efectuó, al menos, dos disparos con bala de goma. El primero de ellos impactó justo debajo de uno de los gemelos de Joaquín, lo cual comprueba que estaba de espaldas al agente.

El segundo disparo da contra uno de los jóvenes que participaban de la gresca impactando en su muslo y quien ya habría dado oficio a un representante legal para encarar acciones judiciales contra la fuerza pública.

Sobre el uniformado que accionó el arma Joaquín dijo: «venía como cegado, no sé que le pasó…pudo haber matado a alguien».

Relata que luego de recibir el disparo intentó hablar con este policía para saber por qué había procedido así, «pero se iba para atrás, se escondía».

El entrevistado dijo que perdía «mucha sangre» por lo que una mujer policía le dijo que esperara una ambulancia en el lugar.

Sin embargo, él con la ayuda de una conocida se retiró al hospital Domingo Sicoli. «Ahí me atendieron bien, me sacaron los perdigones, pero me tuvieron que trasladar al Central porque era de urgencia», dijo el albañil.

Si bien lo atendieron en dicho nosocomio, «no me pudieron sacar todos los perdigones, me han quedado cerca del tendón».

Por estos hechos Joaquín, habría radicado la denuncia en la Oficina Fiscal n°6 ubicada en calle Lisandro Moyano de Las Heras aportando el número de patrullero y otros datos.
En la nota anterior el Jefe Departamental de Policía, el comisario inspector Guillermo Teixido, dijo a El Despertador que en este caso «fue impecable la actuación policial».
Sobre esto Joaquín opinó con ironía: «como que ellos hicieron re bien en tirar a quemarropa» y agrega que los demás testigos que estaban en la puerta del club nocturno estaban «re asustados…la gente vio que estuvo mal (el accionar policial)».

Cuestión de principios

En 2018 el gobierno de Mauricio Macri emitió a través del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación una publicación titulada «Principios básicos sobre el empleo de la fuerza y de armas de fuego por los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley», que son los aprobados por el Octavo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente de 1990.

Allí hay un anexo: el «Código de conducta para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley».

En la cuarta disposición general de este documento dice: «los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, en el desempeño de sus funciones, utilizarán en la medida de lo posible medios no violentos antes de recurrir al empleo de la fuerza y de armas de fuego. Podrán utilizar la fuerza y armas de fuego solamente cuando otros medios resulten ineficaces o no garanticen de ninguna manera el logro del resultado previsto».

Y en la quinta se agrega: «Cuando el empleo de las armas de fuego sea inevitable, los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley: a) Ejercerán moderación y actuarán en proporción a la gravedad del delito 17 y al objetivo legítimo que se persiga; b) Reducirán al mínimo los daños y lesiones y respetarán y protegerán la vida humana; c) Procederán de modo que se presten lo antes posible asistencia y servicios médicos a las personas heridas o afectadas; d) Procurarán notificar lo sucedido, a la menor brevedad posible, a los parientes o amigos íntimos de las personas heridas o afectadas.»

Según las declaraciones del entrevistado y algunos de los testigos con los que ha tenido contacto nuestro medio varias de estas disposiciones no se habrían cumplido, incluyendo la notificación a familiares o amigos íntimos de los heridos.

Joaquín nos comentó que no suele frecuentar lugares como El Barcito, pero dio a entender que no es común que se den este tipo de hechos violentos.

¿Será que los lavallinos debamos acostumbrarnos a este tipo de procedimientos o, tal vez, la fuerza policial deba revisar si sus actuaciones están apegándose a las leyes como deberían?

 


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