Desde hace unas dos semanas las tensiones crecen entre el Ministerio de Capital Humano dirigido por Sandra Pettovello y las organizaciones sociales que administran comedores y merenderos. El pasado viernes hubo unos 500 cortes en distintas ciudades del país en el marco de una jornada de lucha por la interrupción en el suministro de fondos alimentarios.
En primera persona
El Despertador consultó a dos referentes de organizaciones sociales que gestionan comedores y/o merenderos en el Departamento para conocer las realidades que atraviesan.
Débora Arancibia es la coordinadora departamental de la parte territorial de Libres del Sur. “Actualmente tenemos cinco comedores…en Villa Tulumaya tres, en Costa de Araujo y en San José…Entre diciembre y febrero ha aumentado muchísimo la demanda, sólo en los comedores de Villa asistimos a unas 350 familias.
La situación para todos los comedores es alarmante. La demanda antes era de unas 40 familias, ahora cada comedor atiende entre 115 y 120 familias, se ha triplicado”.
Es importante aclarar que se habla de familias y no de individuos. Es decir, Arancibia relató que suele acudir un adulto con sus recipientes a llevarse las raciones para el grupo familiar. Por lo que si se pone un promedio de unas cinco personas por cada asistente sólo en la ciudad cabecera de Lavalle esta organización alimenta a unas 1.600 personas.
Pero en realidad las cuentas pueden ser otras según la dirigente: “los comedores están en barrios populares y hay entre cinco y siete niños por familia”. Por lo que si se promedian seis niños más -como mínimo- un adulto, el número aproximado de asistidos sólo en Villa Tulumaya sería de: 2450 personas.
Con respecto a los fondos Arancibia dijo: “está muy difícil, nos organizamos con un fondo para hacer sorteos, algún bingo y con eso vamos sustentando los comedores, que son los que tienen la prioridad porque son los que han recibido la mayor demanda.
Del gobierno nacional no recibimos nada, cortó toda la ayuda alimentaria. Frente a estos brutales aumentos que nos haya dejado sin los alimentos nos produce mucha impotencia, mucha falta de respeto y de la ministra de Capital Humano también.
Lo que recibimos es del gobierno provincial, sólo de comida, y aun así esto es cada vez más insostenible por el aumento de la demanda”.
La referente afirma que desde diciembre se cortó todo tipo de abastecimiento del Estado nacional y con respecto al Programa de Ayuda Directa a Comedores anunciado desde el gobierno de Milei “no hemos oído nada”.
ED: ¿Reciben algún tipo de apoyo municipal?
DA: “No, creo que el Municipio ni conoce los merenderos y comedores que tenemos, nunca hemos recibido ayuda municipal”.
Por otro lado, dialogamos con Janet Jacinto, representante de la parte de merenderos y comedores del Frente Darío Santillán.
“Desde el cambio de gobierno hemos sufrido muchísimo, tuvimos que cerrar comedores, ya podemos decir que no tenemos comedores funcionando.
Lamentablemente la carne, alimentos secos, azúcar, aceite, todo eso ya no podemos conseguirlos ni siquiera con el aporte de los socios. Dentro de la organización hacemos un pequeño aporte de socios como para solventar los gastos que tenga el merendero o el comedor cuando teníamos.
Hay que comprar gas, los alimentos que faltan, la única ayuda que tenemos es de alimentos secos como fideos, polenta. De vez en cuando llega alguna partida que tiene leche, aceite, eso llega del gobierno nacional. Pero en el día de hoy (viernes) tuvimos una jornada de lucha porque desde que asumió el nuevo gobierno no podemos conseguir que nos envíen nada directamente, no tenemos la posibilidad de acceder a ningún tipo de ayuda, por lo que se hace muy difícil sobrellevar los merenderos.
En los barrios es impresionante la necesidad que hay en la gente…filas de 50 personas para recibir una caja de leche…Es difícil cuando los niños te piden para sus hermanos o padres y no podemos, sólo le podemos dar a los chicos que asisten, no tenemos ayuda del gobierno nacional ni provincial”.
Jacinto explica que con el aporte de los socios (mil pesos cada uno) se trata de comprar mercadería, pero también se organizan rifas, bingos, partidos de fútbol y demás para tratar de juntar fondos, pero reconoce que “cada vez se hace más difícil conseguir harina, lo básico para sostener un merendero”.
Con voz conmocionada Janet lamenta: “hace un año el Frente Darío Santillán tenía 22 merenderos en toda Mendoza, hoy me duele decir que solamente tenemos 9 merenderos. Es muy triste tenerle que decir a un chico que no tenemos para darle una merienda”.
También aclara que en los merenderos que persisten se ha reducido de semana completa a tres, dos o sólo un día del servicio.
“Es muy difícil tener que dar la cara y decirle a la gente que no tenemos”.
Con respecto a las declaraciones de Pettovello en la que habló de recibir a quien “tenga hambre” y no a referentes Jacinto opina: “es casi una tomada de pelo a la gente, una chicaneada, la gente no tiene para comer y va a ir hasta Buenos Aires para que ella los inscriba. Ellos piensan que nosotros queremos el dinero. Prefieren dar una tarjeta y nosotros necesitamos la mercadería, no necesitamos el dinero como ellos dicen, acá no hay intermediarios, no hay punteros como dicen, acá solamente hay personas tratando de alimentar a otras personas. Creemos que es la única manera de salir adelante…la mayoría de los que asisten son niños o jubilados que no alcanzan a comprar la canasta básica y que asisten a recibir una taza de leche y cuatro tortitas…”
La explicación oficial
Desde la cartera de Pettovello se aseguró que se interrumpió la ayuda a comedores debido a las irregularidades que habrían encontrado luego de realizar una auditoría interna.
Se denunciaron sobreprecios de hasta 500% sobre los valores de mercado y licitaciones “armadas” donde se licitaba una marca específica y no las características generales.
Se habló de “cartelización” (concentración de licitaciones públicas en unas pocas empresas), falta de control y discrecionalidad, por lo que se intenta sacar a los “intermediarios” y dar “ayuda directa a los comedores”.
El vocero presidencial Manuel Adorni dijo “no habría ninguna razón para dejar de enviar alimentos a comedores” mientras aseguró que estos cambios están ayudando a que llegue la ayuda adonde se necesita.
A modo de análisis periodístico
Si bien puede ser real que la metodología con la que el gobierno de Alberto Fernández manejaba este tipo de ayuda no haya sido la más eficiente, la realidad es que si lo que se buscaba era transparentar el sistema y digitalizarlo a través de la Tarjeta Alimentar para mejorar el control como mínimo debería haber habido en estos dos meses de gobierno una transición y no un corte directo.
Es que aunque Milei se defina como “no gradualista”, no se está hablando de políticas, estadísticas o índices, sino de seres humanos.
Es que pareciera que entre viaje y viaje el presidente y su equipo no se habrían percatado de que, sin contar febrero, entre diciembre y enero la inflación rondó el casi el 50% y es en ese mismo periodo donde no sólo ha habido desabastecimiento del Estado nacional en los cerca de 10.000 comedores dispersos por el país, sino que, como relataba Arancibia, la demanda en algunos casos se ha triplicado.
Será tal vez tiempo de, mientras continúan los reclamos al gobierno de Javier Milei, los argentinos tejan redes solidarias entre vecinos, ONGs, empresas y Estados locales para desde la solidaridad sostener la “libertad” conseguida.
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