En esta nota contamos el caso de un lavallino que sufre una infección severa y debe luchar con las inexplicables trabas burocráticas de la entidad para sobrevivir.
Juan Omar Flores es un afiliado por pensión de discapacidad debido a ser trasplantado renal y desde hace más de un mes sufrió una infección por una herida en un dedo del pie que lo llevó a la amputación.
Concretamente, padece de osteomielitis emplazole, una infección en los huesos causada por gérmenes y que, en caso de no tratarse adecuadamente puede seguir avanzando, tomando más miembros y derivar en mayores riesgos para la vida.
Luego de la cirugía en la que Juan perdió un dedo debe tomar un fuerte antibiótico para evitar que esos gérmenes reaparezcan, específicamente una medicación llamada Linezolid Zyvox.
Y si perder un miembro ya era dramático para el residente de Villa Tulumaya, las cosas estaban por complicársele más. Es que PAMI autorizó las recetas, pero algo falló: “estuve un mes internado y me dieron de alta con una medicación muy costosa…me la autorizan a nivel nacional y provincial, pero cuando (el trámite) llega a Mendoza me dicen que no.
La farmacia me dice que no me la pueden dar porque el PAMI no asigna droguería. A todo esto, me entregan dos cajas de seis que debía recibir, y una más la tuve que abonar yo, y con un descuento por abonar contado efectivo me quedó en $150.000”.
Es decir, como es un antibiótico debe mantenerse ininterrumpidamente el tratamiento para que haga su efecto. Del total de seis cajas de dicho tratamiento su obra social le dio dos de ellas y luego tuvo las trabas burocráticas antes mencionadas por lo que debió abonar la tercera.
Sin embargo, como no se resolvía el inexplicable obstáculo del organismo liderado por el Dr. Esteban Leguízamo y su economía no le permitía seguir abonando como particular la medicación, Flores tomó una decisión drástica. “En la farmacia me mostraban de que no estaba el expediente, que PAMI no asigna la droguería, así que me tuve que internar para que el hospital me diera la droga. Y no la puedo dejar de tomar porque corro riesgo de que el germen se despierte y se complique la situación”.
Al momento de nuestra entrevista telefónica este pensionado de 54 años nos hablaba desde su cama en el Hospital Italiano.
ED: ¿Ha tenido algún contacto con las autoridades de PAMI?
JF: “He hablado con todo el mundo y se patean la pelota entre ellos, me dieron el número del responsable de PAMI y no me atiende el teléfono. Me dicen que han hecho los reclamos, que no entienden lo que pasa”.
A la Justicia para poder seguir vivo
Estas dilaciones ponen en riesgo su vida, es que al ser trasplantado y haber tenido una cirugía reciente corre peligro de contraer algún tipo de virus hospitalario. Por esta causa envió el 29 de febrero una carta documento a la sede mendocina del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (INSSJP) de quien depende el Programa de Atención Médica Integral (PAMI) reclamando la inmediata resolución de las trabas que le impiden acceder a la medicación.
Ante la falta de una respuesta concreta y resolutiva del organismo el pasado viernes inició un recurso de amparo bajo el número de expediente 4937/2024 en la secretaría número 4 del Juzgado Federal de Mendoza número 2.
Ese mismo día le avisaron a su mujer, que a su vez tiene diabetes con insulinodependencia, que debe: “pedir que le hagan de nuevo la receta, esta vez las tres cajas en una misma receta para ver si así PAMI lo toma. Pero significa que tiene que empezar todo el trámite de vuelta y debe ser autorizado en Buenos Aires. Estoy con los tiempos de ellos y no sé si me la van a dar o no”, lamenta Juan.
El entrevistado es afiliado a esta obra social desde hace cerca de 20 años y asegura: “jamás viví esta situación, a lo sumo se demoraban tres o cinco días, pero esta vez no sé cuál fue el motivo por el que no asignan droguería”.
ED: Más allá de lo físico, ¿cómo vive usted toda esta situación?
JF: “Anímicamente estoy mal, imagínate que estuve un mes internado (por la cirugía), me dan el alta, estoy 15 días afuera y me vuelven a internar. Es un trastorno terrible, hay que estar…Siento impotencia y bronca porque hacen las cosas mal. Más tecnología hay y menos comunicación, falta empatía con la gente, yo no soy tan mayor, pero les hablan a los viejitos con palabras que ni les entienden, no hay empatía. Tengo mucha bronca”.
Compromiso con la comunidad
La situación de Juan Omar es alarmante porque su esposa también tiene una pensión y su economía familiar se ve afectada por la burocracia. De hecho, por los costos de traslado no puede ir diariamente al hospital a acompañarlo como quisiera, sino día por medio.
El Despertador se comprometió a que si no tenía respuesta para la semana del 11/03 acompañarían el caso consultando a las autoridades de PAMI.
De igual modo, le hacemos saber a la población de Lavalle que nuestra redacción está disponible para acompañar todo caso documentado semejante a este para difusión y diálogo con los responsables.
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