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24 de julio de 2024

Secano de Lavalle: mejoran el pastoreo de animales a través de energías renovables

  •   Por Juan Burba
           

Casi 70 familias puesteras accedieron a boyeros eléctricos alimentados con energía solar a través de un programa de gobierno nacional que ya no existe, fue desfinanciado en la gestión anterior, y desguazado en la actual de Javier Milei.

Los boyeros son alambrados electrificados que permiten confinar zonas de pastoreo para el ganado, que debido a un pequeño shock eléctrico controlado, no sobrepasa los límites del cerco. En este caso, los boyeros son alimentados a través de energía solar con pequeños paneles que pueden ubicarse en cualquier sector del campo, no dependiendo de ningún tendido eléctrico de red, y que permiten realizar los cierres o confinamientos en los lugares más convenientes para el manejo del ganado.

Las familias suelen aprovechar esta tecnología para realizar clausuras de pastos naturales en zonas favorables para su crecimiento y de esa manera tener una reserva en caso de necesidades puntuales, como por ejemplo «levantar» a una cabra con problemas de nutrición, o complementar la alimentación de chivatos. En estos casos los cierres que se pueden realizar alcanzan las 4 hectáreas. También se utilizan para cerrar pequeñas parcelas con huertas o frutales y así evitar que las cabras o las vacas se alimenten de las verduras o frutas que son para la casa.

En San José, familias que trabajan en las parcelas bajo riego que fueron reactivadas con el pozo solar, y que les permite la producción a mayor escala de hortalizas y pasturas, también fueron beneficiadas con los boyeros. En este caso, se instalan de manera móvil para poder ir haciendo pastar a las vacas e irlas rotando y cambiando de lugar.

El financiamiento para la instalación de los boyeros viene de un programa nacional de la Secretaría de Energía, denominado Permer, que fue una política pública de energización de las zonas rurales dispersas de la Argentina. Existía desde 1999 y estaba destinada a resolver las necesidades de abastecimiento energético de los habitantes de zonas rurales, aisladas y de difícil acceso que carecen de electricidad por vivir lejos de las redes de distribución convencional.

A nivel territorial la ejecución del proyecto se hace a través del INTA. En el caso de nuestro departamento la Agencia de Extensión Rural del INTA Lavalle realizó la entrega de boyeros y el acompañamiento técnico a las casi 70 familias que recibieron el beneficio en las comunidades de El Cavadito (21), Lagunas del Rosario (27), San José (9) y El Retiro (12). De las capacitaciones participó el, ya extinto, Instituto para la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (INAFCI).

En los territorios mencionados, las familias que pudieron acceder a los boyeros pertenecen a las Comunidades Huarpes y a la Unión Campesina y Territorial (UCT). Los boyeros fueron entregados a finales del año pasado y desde ese momento se están realizando los ajustes técnicos necesarios para ponerlos a andar, sorteando algunas vicisitudes propias del proceso.

La semana pasada se organizó una recorrida por El Cavadito con técnicos del INTA y referentes de la UCT para poner a punto y ajustar detalles en el funcionamiento de los boyeros. Algunas de las familias que habían instalado sus equipos luego de recibir la capacitación inicial no lograban que los boyeros funcionaran de manera correcta.

Uno de los puntos claves es la humedad en el suelo, para que la línea eléctrica «haga masa» y el hilo que lleva la corriente pueda funcionar. Con las sequías que se están viviendo en ese sector esto no es posible. Por lo tanto, durante la recorrida, le buscaron una solución.

«A partir del asesoramiento de Daniel Acosta, del INTA, cambiamos la masa y nos dimos una estrategia de ubicación de los alambres, para que los animales puedan tocar 2 de los hilos y así recibir la descarga» explicó una de las referentes de la UCT y continuó «algunos de los cierres los tenemos muy adentro del campo, en lugares que esperamos que este año tengan buenas pasturas para nuestros animales, es por eso que necesitamos que funcionen bien».

Por su parte, desde el INTA aseguraron que «para nosotros y nosotras es importante acompañar estos procesos de uso y adopción de tecnología solar que permiten mejorar los sistemas de pastoreo en las zonas no irrigadas, realizar clausuras para recuperar zonas de campo degradadas o el cierre de pasturas implantadas para suplementación ganadera».

La importancia de políticas públicas para que las familias de nuestro campo profundo puedan permanecer en las zonas rurales produciendo es clave. Sin programas y proyectos que, desde el Estado, lleguen a las comunidades, esto se hace complicado, si no es que imposible. Las perspectivas, luego de la desarticulación de casi todas las políticas destinadas a la agricultura familiar, no son buenas. La importancia del sector para la construcción de una nación más justa y soberana, a través de la producción de alimentos sanos, no está en la mira de este gobierno.

 


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