Esta semana, una familia rural de nuestro departamento se vio enfrentada a una situación lamentable en el Hospital Sícoli.
A pesar de contar con obra social, un miembro del personal de la guardia les indicó que no podían ser atendidos, argumentando que la salud pública no cubría a los afiliados a obras sociales, lo cual es completamente falso y rozaría la mala praxis.
Tras este rechazo inicial, la familia tuvo que hacer un trámite en la sede de su obra social en Mendoza, y finalmente fueron atendidos en el centro de salud de Costa de Araujo.
Este incidente no solo vulnera un derecho fundamental, sino que también genera un perjuicio económico para el hospital, que recibe fondos por atender a personas con obra social.
Cuando un paciente declara su cobertura, el hospital recibe el pago correspondiente por la atención brindada.
De esta forma, el hospital mejora su financiamiento, lo que redunda en mejores servicios para toda la comunidad.
Sin embargo, persiste un mito erróneo en el que muchos pacientes temen declarar su obra social, pensando que serán rechazados, lo que les impide acceder a este beneficio.
Desde el hospital, nos aclararon que esta no es una política establecida por la dirección, sino un error cometido por un trabajador de manera individual, que no debió haber ocurrido. Las autoridades esperan que situaciones como esta no se repitan, y que se garantice la correcta atención a todos los pacientes, independientemente de su cobertura.
El 148: Una buena intención que aún necesita mejorar
Por otro lado, esta semana también recibimos quejas sobre el funcionamiento del nuevo sistema de turnos a través del 148.
Aunque la implementación de este sistema tenía la intención de mejorar la organización de la atención, parece que todavía no está alcanzando el nivel de eficiencia necesario, y muchos pacientes no logran obtener los turnos para la atención que requieren.
Desde el hospital se explica que, si bien el sistema está funcionando, está siendo altamente demandado, lo que limita su efectividad.
Sin embargo, la nueva modalidad ha tenido un impacto positivo al evitar que los pacientes se queden toda la noche en la puerta del hospital esperando un turno. Aunque esto ha generado algo de alivio en las autoridades, el sistema necesita ajustes para optimizar su funcionamiento y atender adecuadamente la creciente demanda.
La intención detrás de ambos cambios es, sin duda, positiva, pero es urgente que se optimicen los procesos para garantizar que los servicios de salud sean accesibles, eficientes y de calidad para toda la comunidad.
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