El Festival del Melón y la Sandía ha sido, durante más de dos décadas, una de las celebraciones tradicionales del departamento de Lavalle. Sin embargo, la edición de este año dejó en evidencia una preocupante disminución en la asistencia de público, generando interrogantes sobre su continuidad.

A lo largo de los años, este evento ha ocupado un lugar destacado en la cartelera cultural mendocina, pero en esta ocasión la concurrencia fue notoriamente baja. Mientras que algunos optimistas estiman que el sábado asistieron alrededor de 2.000 personas, otros sugieren que la cifra no superó el millar. El domingo, la situación fue aún más crítica, con una asistencia mínima.

Más allá de los debates sobre la selección de los artistas y la organización del festival, lo cierto es que en los últimos años se ha observado una disminución general en la participación de los festivales locales. Esta tendencia obliga a reflexionar sobre las razones detrás del desinterés del público y las estrategias necesarias para revitalizar estos eventos.

Cabe destacar que la municipalidad aportó un subsidio de 38 millones de pesos para la realización del festival, una cifra significativa en función de los resultados obtenidos. Si la concurrencia hubiera sido masiva, podría haberse considerado insuficiente, pero dada la baja asistencia, el monto resulta elevado en comparación con el impacto logrado.

El futuro del Festival del Melón y la Sandía queda ahora en manos de las autoridades de la comisión y de la comunidad, quienes deberán evaluar si es viable continuar con su realización en las próximas ediciones o si se requieren cambios profundos en su organización y propuesta para recuperar el interés del público.