“Llegó ese día al que tanto miedo le teníamos”. Con voz quebrada y la mirada baja, Alberto “Tito” Angulo describía la escena que lo sorprendió en la puerta de su casa este miércoles por la mañana. Pasadas las 9, la Policía arribó con una orden de allanamiento y desalojo en mano. El hombre, su esposa Yésica Ferreira y sus cuatro hijos debieron abandonar de inmediato la vivienda que habitaban desde hacía más un año en un lote de San Francisco, Lavalle.

Tito y Yésica están imputados por presunta usurpación del terreno, que a fines del año pasado fue adquirido por el cantante Abel Pintos y su socio Marcelo González, como parte de una compra de casi 100 hectáreas para un empredimiento agroecológico de pistachos y olivos, espejo de «La Matera» su finca de nuez pecán en Mercedes, Buenos Aires.

Pero el lote de 1500 metros cuadrados que ocupaba la familia Angulo Ferreira fue adquirido por ellos en 2023 a través de una transacción informal, ofrecida por redes sociales, con un hombre y su hijo, que afirmaban ser dueños, Roberto y Ricardo Morales. Una estafa que, según se ha documentado, afectó a más de 30 familias en la zona.

“Vino la policía a hacer un allanamiento con la orden de desalojo, y sí o sí nos tenemos que ir hoy”, contó Tito a primera hora. Mientras intentaba reunir sus pertenencias, los momentos de tensión se agudizaron: su hija sufrió un ataque de pánico, y otro de sus hijos también presentó una crisis nerviosa. “Pudimos calmarlos, la estamos pasando mal, pero dentro de esta situación estamos tranquilos, tratando de sostenernos”, dijo después en un mensaje dirigido a este medio.

Por la mañana, aguardaban que el abogado del músico, se hiciera presente para coordinar si les permitirían al menos retirar algunas pertenencias. “No sabemos si nos van a dejar sacar nuestras cosas. Un amigo entró para llevarse a los chicos y lo que pueda de lo más urgente, frazadas, ropa”, detalló.

La abogada de la familia, Flavia Actis, explicó que la situación tomó un giro inesperado en las últimas 24 horas: “el fiscal había pedido fijar una audiencia para discutir la nulidad de la última resolución, con la intención de suspeder el desalojo mientras se hacía el juicio, pero ayer, de pronto, cambió de opinión, se retractó y solicitó la orden de allanamiento. Así fue como avanzaron”, relató. También denunció irregularidades en el tratamiento judicial del caso: “Ayer mismo citaron a declarar a un testigo nuestro, que llegó 30 minutos tarde, y por eso no le permitieron declarar. Algo totalmente inusual”.

Finalmente la familia pudo retirar todas sus pertenencias con la ayuda de la Municipalidad de Lavalle que dispuso de camiones para ese fin. Al cierre de esta nota la familia no tenía certeza de donde iba a pasar la noche.