El jefe del Comando Sur de los EE.UU., almirante Craig S. Faller, expresó ante el Senado norteamericano su «preocupación» por el posible uso «no civil» de una base de observación espacial china instalada en la Patagonia Argentina.
El alto mando militar se refirió a la estación ubicada en un predio de 200 hectáreas en la localidad de Bajada del Agrio, en la provincia de Neuquén, que fue construida luego del convenio firmado en 2015 entre la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su par chino, Xi Jinping.
Para Faller, los asiáticos «podrían estar violando los términos del acuerdo» que Pekín suscribió con la Argentina, y dijo que, potencialmente, la base podría servir para «monitorear blancos estadounidenses».
El jefe del Comando Sur de los EE.UU., almirante Craig S. Faller, expresó ante el Senado norteamericano su «preocupación» por el posible uso «no civil» de una base de observación espacial china instalada en la Patagonia Argentina.
El alto mando militar se refirió a la estación ubicada en un predio de 200 hectáreas en la localidad de Bajada del Agrio, en la provincia de Neuquén, que fue construida luego del convenio firmado en 2015 entre la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su par chino, Xi Jinping.
Para Faller, los asiáticos «podrían estar violando los términos del acuerdo» que Pekín suscribió con la Argentina, y dijo que, potencialmente, la base podría servir para «monitorear blancos estadounidenses».
«La presencia china y sus actividades en la instalación de observación del espacio profundo en la Argentina son también preocupantes», advirtió Faller en su informe de 19 hojas, que fue presentado el último jueves ante el comité de las Fuerzas Armadas del Senado de EE.UU., informaron medios locales.
El militar añade: «Pekín podría estar violando los términos de su acuerdo con Argentina de que conducirá actividades civiles y podría tener la capacidad para monitorear y potencialmente apuntar a objetivos de los EE.UU., sus aliados y socios en actividades espaciales».
Por último, advierte a los gobiernos de la región que si continúan «gravitando hacia el uso de los sistemas de información chinos», se verá afectado el «compromiso, capacidad y deseo» de su país de compartir información sobre redes. Y coloca a Rusia, China, Irán, y sus «autoritarios aliados» Cuba, Nicaragua y Venezuela, como las «principales amenazas».
Oficialmente, según consta en el documento que suscriben las empresas estatales China Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC) y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), los objetivos de la base tienen que ver con la observación radioastronómica y controles de telemetría, telecomando y control de misiones interplanetarias al espacio profundo. De hecho, la estación tuvo un rol clave en enero pasado, cuando se produjo el histórico aterrizaje de una nave espacial de ese país en el lado oscuro de la Luna, la denominada misión Chang’e-4.
El acuerdo establece que la agencia CLTC tiene permiso para operar en el predio de 200 hectáreas en Neuquén por 50 años, con exención impositiva y bajo el mando de funcionarios chinos. Por su parte, la CONAE obtiene datos de la antena por 1 hora y 40 minutos al día.
RT