A medida que el gobierno de Javier Milei intenta proyectar una imagen de recuperación económica en el horizonte, la realidad muestra que la crisis está lejos de terminar. No solo las pequeñas y medianas empresas están sufriendo, sino que ahora también las grandes corporaciones del país están sintiendo el impacto.

Empresas como Acindar, Longvie, General Motors, Toyota, Petroquímica Río Tercero y líderes en la industria alimentaria están enfrentando una situación cada vez más complicada. Algunas están cerrando sus puertas, otras están deteniendo la producción, suspendiendo personal o incluso despidiendo empleados. La falta de divisas para importar, combinada con retrasos en los pagos por parte del gobierno, está exacerbando la crisis.

Todo esto se ve agravado por un dólar estancado, y una disminución en los ingresos y jubilaciones, lo que sugiere que la demanda se mantendrá al menos estancada en el futuro cercano. Es imperativo que se tomen medidas urgentes para abordar esta crisis y evitar un mayor deterioro económico.

Malos datos industriales

Los malos datos industriales de inicio de 2024 infieren la prolongación de un escenario económico negativo que se inició en el segundo trimestre de 2023.

“La industria registró en febrero una nueva y difundida contracción de la actividad, acelerando el ritmo de caída en el primer bimestre. Todos los tipos de bienes registran retrocesos, resultando los más profundos el de los bienes de capital y consumo durable”, indicó un trabajo de FIEL.