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El diario del Oasis Norte de Mendoza

Alegorías

9 de mayo de 2020

Una entrevista con sabor a tiempo: don Italo Galbani y 3 de Mayo

  •   Por El Despertador
           

Por Lorena Santos

Esta entrevista se realizó en el aniversario de 3 de Mayo del año 2008. Hoy ya don Italo no se encuentra entre nosotros físicamente pero nos dejó lindas vivencias de la época.

La memoria de un viejo poblador, como lo es Don Ítalo Galbani nos transporta a un pasado de nuestro terruño con sabor a un tiempo que nos hubiera gustado conocer. Porque la existencia de don Italo fue rica en vivencias en el marco de un destino de trabajo y dignidad humana. En una charla por demás amena, hurgamos en su memoria y nos transportó a tiempos de esfuerzos y sacrificios, anhelos y esperanzas, realizaciones y también, por qué no frustraciones.

Don Italo fue el último hijo del matrimonio de Pedro Pablo Galbani y Teresa Bertona. Nació en 1934 en Tres de Mayo. El padre de Italo Galbani viajó desde Viena Italia. Cuenta Italo que uno de sus tíos era sargento y otro obispo. Había un tercer hermano de su padre que era con el cual surgieron los inconvenientes que provocaron la venida de Pablo Galbani desde Europa hacia Brasil en un primer momento y luego se instala definitivamente en Argentina, más exactamente Mendoza, ya que en este lugar contaba con la posibilidad de desarrollar su carrera de ingeniero agrónomo, dentro de la firma Norton y posteriormente se instala y trabaja con su propia producción de vid.

Don Pablo Galbani, con 30 años de edad, contrajo matrimonio con Teresa Bertona de 27 años. El matrimonio pasó a vivir en la propiedad que habían adquirido en el departamento de Lavalle, y según nos cuenta don Italo fue comprada a la sucesión de Elías Villanueva. La propiedad se extendía desde la calle Pantano hasta la calle Nº3 (hacia el sur).

La casa estaba en lo que actualmente conocemos como los galpones de Javier Bianchi. Si venimos por la calle Administración en dirección al sur deberíamos continuar por una calle de tierra y al poco andar encontraríamos dichos galpones. Su padre contaba con un vehículo, el único por aquellos años… 1928.

Italo poco recuerda de su padre ya que el mismo falleció cuando él apenas tenía 2 años. Su madre es quien quedó a cargo de la familia.

Con el paso de los años Don Italo comenzó sus estudios, los cuales se llevaron a cabo en distintas instituciones. En primera instancia asistió a un pequeño establecimiento de tan sólo dos habitaciones que se encontraba cerca de la casa donde vivía. Con el tiempo se trasladó a la casa que pertenecía al señor Llorens. Tras la muerte de éste la casa es alquilada y en ella comenzó a funcionar la escuela Nacional Nº 93. En dicha institución sólo se accedía hasta tercer grado. Para continuar debió trasladarse hasta la Villa donde cursó 4°, 5° y 6° en la escuela Juan Galo Lavalle.

Don Italo Galbani tuvo inquietud por la vida pública e incursionó en el mundo de la política. Vale destacar que fue intendente de Lavalle desde 1973 a 1975.

De ese paso por la administración comunal, tiene varios recuerdos, algunos de los cuales nos los cuenta con un dejo de nostalgia.
Recuerda, que la ruta 36 contaba con un aspecto totalmente diferente al actual, ya que a ambos lados del caminos habían plantas de arabia, las cuales comenzaron a causar serios problemas. Personas en bicicleta colisionaban contra estos árboles en forma reiterada. Es por eso que dispuso la extracción de las arabias, lo que produjo el ensanchamiento de la calle.

Cuenta don Italo, que su hermano Pablo abrazado a un sauce le decía -¡Aunque seas mi hermano y el intendente por nada vas a sacar este sauce! Al ver que era el único árbol que quedaba en medio de la calle desistió de su idea.

Italo recuerda el secuestro que sufrió a manos de dos ladrones, durante su desempeño como intendente.

Don Italo fue secuestrado por dos ladrones, quienes lo hicieron manejar hacia Luján. El puente por el cual debían pasar estaba custodiado por policías, ya que días antes se había producido una amenaza de bomba. Don Italo fue apuntado por ambos y amenazado de muerte. Ante la posibilidad de liberarse sube el puente y al comenzar el descenso coloca el auto en punto muerto y se arroja gritando -¡me han secuestrado!- Los policías abrieron fuego contra los los delincuentes y se provocó un tiroteo, terminando así con el arresto de los asaltantes.

Otro de los recuerdos está relacionado a las gran cantidad de alemanes que habitaron la zona. Cuenta don Italo que ellos se destacaban por su limpieza, prolijidad, orden y capacidad para desempeñar distintos oficios.

 

 


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