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12 de agosto de 2023

Mercado vitivinícola: cómo afectan «la cosecha más baja de la historia» y otros factores a los productores lavallinos

  •   Por Franco D´Amelio
           

El mes pasado el INV informó sobre fuertes caídas en las exportaciones de vino, pero también se viene alertando de una tendencia a la baja en el consumo y un incremento en los costos. En Lavalle la situación es aún más compleja.

En junio el Instituto Nacional de Vitivinicultura informó que, comparativamente con el primer semestre de 2022: «Argentina exportó en los seis primeros meses de 2023, 96,5 millones de litros de vino (-31,7%). Se exportaron 44,8 millones de litros menos con respecto al mismo período del año 2022. De ese total, 74,5 millones (77,2%) corresponden a vinos fraccionados (-26,8%) y 22 millones (22,8%) son vinos a granel (-44,5%)».

Si bien el organismo público menciona un incremento en los precios de venta (en dólares), esto no alcanzaría a compensar las cuantiosas disminuciones de cantidades exportadas: «el precio promedio del vino total en el acumulado enero-junio es de 3,5 dólares/litro (+15,6%), llegando el fraccionado a 4,23 dólares/litro (+9,1%) y el granel a 1 dólar/litro (+21,9%). En el período enero-junio ha aumentado el precio medio de los vinos varietales y sin mención varietal. Las exportaciones de mosto concentrado en todo el año ascienden a 15.949 toneladas, un 61,2% menos en volumen y un 50,3% menos de ingreso de divisas respecto al mismo período del año anterior».

Existen dos grandes motivos detrás de la abrupta caída exportadora en el caso argentino: las inclemencias climáticas, por un lado, y por el otro la disminución del consumo a nivel global.

Si bien el mercado vitivinícola lavallino no se especializa en la producción para exportación, sino más bien para el consumo interno provincial e interprovincial, estos dos puntos sí afectan a su modo a los productores locales.

Con respecto a las condiciones climatológicas, Miriam Quiroga, Coordinadora de la Oficina de Coordinación INV-Municipalidad de Lavalle, comenta: «hoy un productor puede elaborar hasta 12 mil litros, pero hemos venido de años muy difíciles en cuanto a contingencias. No se ha elaborado la cantidad que se suele elaborar…las ventas necesitan moverse más, pero de a poco se han ido posicionando en cuanto a la calidad, que es algo en lo que venimos trabajando…»

«…En esta última temporada hay personas a las que les pasaron 98%, 80%, 60%, y yo creo que, en los números generales de la Provincia en cuanto a cantidad de quintales cosechados, ha sido más o menos general. Hay lugares donde se ha afectado más y otros menos…»
Desde la oficina que dirige Quiroga se asiste usualmente a los productores con sus trámites y ha funcionado de nexo entre programas como RECUPERAGRO y otros.

Sin embargo, la entrevistada comenta que ha solido ocurrir que «helaba y el productor no iba a denunciar. Ha pasado con mucha gente que no ha denunciado y después no podía recibir estos beneficios».

En relación con la comercialización de los vinos lavallinos, la coordinadora comentó: «no es lo mismo una bodega industrial, se debe tener dinero para promocionar. Nosotros en una feria o en los eventos que organizamos hacemos difusión, pero en cuanto a redes el productor no es tan asiduo a utilizar esos medios, que es importante.

De a poco se han ido entusiasmando en ese sentido.
Cuando tenés una bodega grande tenés distintas áreas como la producción, comercialización, difusión, etc. En cambio, el pequeño productor de vino tiene que cuidar el viñedo, hacer el fraccionamiento, la venta, la publicidad. Es más fácil cuando hay un área encargada de cada tema, acá el productor se ocupa de todo».

Cae el consumo interno

Según los datos del INV, en abril se vendió un total de 603.217 hectolitros en el mercado interno, un 6,5% menos que el mismo mes de 2022 cuando ese número había sido de 645.189 hectolitro y el primer trimestre de 2023 acumuló una reducción en las ventas del 13% en relación con el año anterior.

Esto parece indicar que este ciclo año terminará con un saldo negativo al igual que los dos anteriores luego de un 2020 con un interesante repunte.

De hecho, el consumo per cápita viene en marcado descenso desde 1978 en Argentina, donde se calculaba 81,6 litros anuales por habitante mientras que en 2021 fue de 18,2, según los datos del INV.
Gustavo Rivero, presidente de la Asociación de Elaboradores de Vino Casero de Lavalle, brindó su opinión de lo que ocurre en el Departamento.

En relación con las ventas dijo: «están medio paralizadas, se está vendiendo, pero muy lentamente. No hay gran demanda de vinos caseros. Yo creo que esto es por la situación económica, la gente por ahí prioriza cosas de primera necesidad, también tiene que ver con que hay mucha oferta de vino».

En esta frase el elaborador resume los dos aspectos principales que los especialistas vitivinícolas ven detrás de la baja en el consumo: precio y hábito.

Estos dos factores ya afectan a tradicionales naciones vitivinícolas como España y Francia, y nuestro país no es la excepción.

En el caso argentino se suma la alta inflación y la depreciación constante de nuestra moneda con el dólar estadounidense.
Sobre esto Rivero explica: «nos afecta mucho el tema de los insumos porque la mayoría están dolarizados, las botellas están carísimas y también el corcho, que es importado. La etiqueta también ha aumentado, pero como es nacional no es tanto, aunque es bastante…»
Esto sumado al incremento sostenido en el valor de los combustibles da como resultado un alza inevitable en los precios, que impactan de manera directa en los bolsillos ya afectados de los consumidores.
En esto cabe destacar que, según el elaborador consultado «el 90% de nuestras ventas son al consumidor local del Gran Mendoza y Lavalle, el resto son comercios».

Sin embargo, hay otro factor que los especialistas llevan tiempo analizando en torno a la baja en el consumo y es el cambio de hábito en los consumidores.

Según distintas fuentes, la tendencia en el público joven, incluso en geografías fuertemente vitivinícolas como la mendocina, es preferir la cerveza y/o tragos antes que el vino.

En algunos casos por cuestiones de gusto, pero en otros el precio indudablemente influye. Cabe destacar que, entre las cervezas y los vinos más económicos, existe una diferencia entre el 20 y el 30% en favor de la primera bebida.

Volviendo a la cuestión climática, Rivero mencionó que las últimas heladas dañaron -en promedio- un 40% de la producción (obviamente en algunos casos más y en otros menos).

Pero el presidente de la asociación que nuclea a los elaboradores de vino casero lavallino introdujo un tercer elemento que afecta al agro en general, pero especialmente a este departamento: la provisión de agua.
«Estamos bastante complicados con el agua. Los que estaban muy bien, ahora están mal, y los que estaban bien ahora están muy mal. En Lavalle las zonas más afectadas son: la zona norte, Tres de Mayo, San Francisco; El Plumero; Costa de Araujo; Gustavo André…»
«De lo que estábamos recibiendo de agua antes de la crisis hídrica, hace unos doce años atrás, estamos recibiendo un 40%. Han bajado el caudal y el tiempo de riego, antes regábamos cada ocho días y ahora dieciocho…han distanciado los turnos y en cada turno es menor la duración, además de que viene menos caudal», expresó Rivero.
También comentó que, en las fincas donde no tienen perforaciones u otra forma de regar ha habido una reducción en el rinde por hectárea y en la cantidad misma de hectáreas cultivadas. «Para tener ocho hectáreas bien regadas, necesitás un derecho a riego por veinte hectáreas», graficó.

Esto ya se venía viendo en algunos estudios del INV. De hecho, en los viñedos de más de 100 hectáreas, entre 2010 y 2018 hubo una reducción del 31% en la cantidad de hectáreas cultivadas pasando de 1862 a 1279.

Por último, el entrevistado envió un mensaje a las autoridades del Departamento General de Irrigación y a los gobernantes provinciales: «que se consensúe más con el productor, que se lleguen a acuerdos para que el productor tenga el agua cuando la necesita y no cuando ellos estiman que el productor la necesita».


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