El fin de semana pasado Lavalle albergó al 1° Encuentro Latinoamericano de Teatro Popular «De pago en pago», 4 días donde elencos y obras de todo el país y países de la región como Uruguay, Chile y Venezuela, se presentaron con más de 30 funciones en todos los puntos de nuestro departamento.

La organización estuvo a cargo de colectivos de artistas mendocinos que oficiaron de anfitriones, y que contaron con el apoyo de organizaciones sociales, bibliotecas populares, medios locales y la comuna. Hubo funciones en Jocolí, Tres de Mayo, Alto del Olvido, Villa Tulumaya, El Vergel, Jocolí Viejo, Costa de Araujo, La Asunción, El Puerto y hasta la sanjuanina localidad de El Encón. Escuelas, centros culturales, merenderos y sedes de organizaciones sociales fueron receptores de la propuesta a lo largo de los días que transcurrieron entre el jueves 26 y el domingo 29.

Cada noche, el escenario principal fue el anfiteatro del Parque Nativo en Tulumaya, donde centenares de lavallinos y lavallinas pudieron disfrutar de la entrada gratuita y la salida «a la gorra» de más de 4 obras por noche. El tremendo zonda apenas si pudo frenar, suspender o postergar algunas funciones. El Polideportivo municipal ofició de albergue y lugar para la logística. La sede de la Unión Campesina y Territorial en Jocolí, fue la trinchera donde huirle al zonda el día sábado. No hay mal que por bien no venga, y ese día fue de reflexión, compartir guitarreadas, hacer un programa de radio y comer rico, para las más de 50 personas que nos visitaron. El domingo el resguardo estuvo dado por el salón del centro de jubilados «Marcelo Motta» que facilitaron las instalaciones para pasarla mejor ante un zonda que no amainaba.

Algunas (y en la selección con seguridad hay injusticia) de las propuestas

En esos días pudimos apreciar obras como «Kuadernos Palestinos», un trabajo de investigación sobre la causa Palestina y el papel heroico de la Mujer por la libertad de su pueblo, una propuesta que narra la historia de Hafizá, una mujer Palestina que resiste y lucha por su pueblo en una tierra ocupada, usurpada y arrebatada durante más de 70 años por el Sionismo Internacional. Protagonizada por la venezolana Valentina Cabrera.

O «Son o no son» donde, en el banco de una plaza, se encuentran dos viejos amigos que, entre historias cotidianas y deschaves personales, se van adentrando en una relación que desnuda sus soledades, pone de manifiesto sus necesidades, y, sin darse cuenta y sumergidos en las profundidades filosóficas de la calle, caminan hacia el descubrimiento de una nueva masculinidad, despojados de los mandatos sociales, pero también sumisos a ellos. Protagonizada por los santafesinos de Amargo Obrero.

Una tercera que queremos rescatar, y que se presentó en la comunidad huarpe de La Asunción (y está no-casualidad potenció el contenido de la obra protagonizada por las santiagueñas del elenco Imagina), es «Willaqkuna (las que cuentan)», donde cinco mujeres exponen relatos y leyendas del acervo cultural santiagueño y entre las que se tejen los hilos de esa identidad campesina y hermanda con la huarpe. Las mujeres sabias, intuitivas, salvajes y sanadoras, fueron conocidas a través de la historia como «viejas», ancestras, mujeres brujas o chamanas que reunieron entre ellas conocimientos sobre procesos naturales y de curación, fórmulas con plantas y brebajes e historias, cuentos, ficciones y quimeras que juntas, construyen el alma y la reunión de cada pueblo.

También vale la pena mencionar, las obras de dos eximios artistas uruguayos que forman parte de Tatu Teatro, quienes realizaron dos obras bien diferentes: El cuento del Olvidado, un viaje contado para las niñeces y La Macha y el gavilán, hermosa obra a la memoria de Violeta Parra.

La voz de los organizadores

Gustavo Aristiarán es integrante del grupo de teatro popular «La Comediabla», y en breve será ciudadano lavallino junto a su familia. «Estamos muy contentos por lo ocurrido con el encuentro, porque logramos que muchos compañeros integrantes del Movimiento Nacional de Teatro Popular se acercaran, haciendo un esfuerzo gigantesco, poniendo dinero de su bolsillo para poder llegar hasta acá» manifestó en diálogo con El Despertador.

«Los grupos actuaron en lugares donde nunca antes había llegado el teatro, y donde generalmente la cosas no llegan, estamos felices porque el departamento de Lavalle se pobló de teatro, y cuando nos íbamos de los lugares la gente nos pedía que volviéramos» expresó el actor. Rescató que «a pesar de las inclemencias climáticas se pudieron realizar 33 funciones en todo el departamento, por eso mismo ya estamos pensando en realizar el 2° Encuentro para el año que viene».

Sobre la elección de nuestro departamento como sede, Aristiarán explicó que «tiene que ver con que nosotros somos de la provincia y estamos generando una vida en el departamento, algunos nos estamos haciendo la casa y nos vamos a venir a vivir a Lavalle y queremos que el teatro popular empiece a ser parte del departamento»

Martín Montero es integrante de «Haravicus», un colectivo de artistas de Perdriel, en Luján de Cuyo. «Estamos muy agradecidos de que nos hayan recibido en las comunidades de Lavalle, entendemos al arte y la cultura como una forma de conectarnos en su esencia, y no en la superficie como a veces nos invitan a pensar los espacios académicos, es fundamental el encuentro, y creemos que en esta oportunidad se ha dado, es muy complejo el horizonte, pero a él debemos aspirar» expresó, convencido, el artista, y agregó «creemos profundamente en construir una cultura que no sea sinónimo de placer o imitación, como generalmente son los juegos de las élites, creemos en la transformación social» señaló.

Y completó con profundos conceptos sobre el espíritu del teatro popular: «estamos en una búsqueda constante, en experiencias renovadoras, como lo ha sido el encuentro, en un pequeño trayecto, pero con grandes aprendizajes, para construir un arte realmente de nuestra tierra, que esté en sintonía con el ritmo natural de nuestro pueblo, para realmente construir ese sentido de teatro popular».

Finalmente conversamos con Jorge «Poyo» Limonao de «Alpataco Circo», quien tuvo a su cargo la faraónica tarea de cocinar para todos los y las participantes. El «Poyo» se refirió al terruño que lo recibió: «estoy contentísimo, feliz de haber conocido mejor Lavalle, que es hermoso, conocer su historia, que ha sido un poco negada desde la ciudad, con el tema del agua, estoy contento de haber participado y poder ayudar desde el arte a transformar las cosas».

Lo que no pudimos apreciar en el Encuentro fueron las obras mendocinas, y es que los locales estaban pendientes de garantizar que todo saliera bien: comidas, alojamiento, movilidades y una cantidad tremenda de imprevistos que hubo que salir a cubrir. Es por esto, y por los lugares que tuvieron que suspender sus actuaciones por el zonda, que en breve se viene, en alguna comunidad de Lavalle, la presentación teatral de quienes son protagonistas de esta historia.